sábado, 22 de julio de 2017

Gestión de la incertidumbre

¿Qué podríamos estar haciendo mejor un sábado que estar delante del ordenador?

Me hago esa pregunta desde hace unas semanas. La vida a veces te sorprende con cambios a los que tienes que hacerte a la idea rápidamente.

No hay nada mejor que pensar que nada está predeterminado, que somos como el humo, en un momento subimos o nos desplazamos hacia la izquierda o la derecha, pero no somos dueños para nada de nuestro futuro. Sólo somos dueños de las decisiones que tomamos. Eso sí, pensamos que cuando surge un problema nos planteamos las mejores alternativas posibles, los pros, los contras y todas aquellas "patrañas" de las que autoalimentamos nuestra seguridad y ampliamos nuestra zona de confort.
Las decisiones se plantean a partir de las alternativas que creemos que nos sugiere el entorno, o mejor dicho, aquellas que creemos que son las únicas. Somos seres sesgados. Además, nos damos cuenta de que jamás estamos seguros de que la mejor decisión posible es la que estamos tomando. De hecho a veces me imagino que podemos viajar en el tiempo para cambiar lo que hicimos e imaginar qué hubiera pasado si hubiéramos elegido otra alternativa.

Esto es en sí la gestión de la incertidumbre, es decir, cuando no tenemos nada claro, cuando nuestro objetivo se diluye, cuando tenemos demasiada información incongruente es cuando nos echamos a temblar y nos damos cuenta de que nada depende de nosotros más que la actitud positiva. A veces incluso, pensamos que como nada de lo que hagamos va a servir, lo mejor es hacernos una bolita y esperar a que pase el huracán... claro, los problemas desaparecen por si solos. ¡¡¡ TODO EL MUNDO LO SABE!!!

Mi conclusión... agárrate como puedas a los momentos que te hacen sonreír porque la vida es un continuo de indecisión y cosas que te pondrán en el abismo. Si nos centramos en aquello que nos asusta no veremos las alternativas que nuestro entorno nos ofrece.

Y ahora... Buen sábado, apagar el ordenador y a disfrutar de la vida.