jueves, 14 de febrero de 2013

La gestión del conocimiento en la formación

Me acuerdo la primera vez que me puse al frente de un grupo de alumnos. Admito que no fue fácil convencer a un grupo de niños de 5 años, que en vez de jugar en el patio, lo divertido era aprender ingles con canciones y fichas.


No creo que sea muy diferente a lo que actualmente me encuentro en muchas empresas. Contactan conmigo para dar un curso que para los responsables es muy necesario y cuando me enfrento a ese grupo de personas, normalmente no saben qué hacen allí, de qué es el curso y constantemente piensan que ese curso les retrasa en su trabajo.

¿Quién es el responsable de esta situación? ¿El formador que imparte el curso sin haber recibido toda la información necesaria sobre el grupo o los responsables que no han sabido hacer un buen análisis y detección?

Creo que hay que ser conscientes que uno de los elementos que está implícito es la gestión del conocimiento. La buena gestión del conocimiento es la base del proceso de mejora. Por esta razón considero que es importante compartir la máxima cantidad de información, tanto desde los responsables hacia los trabajadores como desde los responsables hacia los formadores. De esta manera, evitaremos este y otros fallos, que hacen que la formación  no sea ni eficaz ni eficiente.




4 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo Eva, pero la formación a medida es cara. Y lo que suelo ocurrir es que algunos centros de formación, venden un temario estandar. ¿Cómo podríamos solucionarlo?, ¿estando el formador en una reunión previa con el cliente?
    Seguiré tus reflexiones

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    1. Muchas gracias, Mª Teresa. Planteas dos cuestiones muy importantes y que me van a servir para escribir varios blog.
      Sobre la frase "la formación a medida es cara", te planteo una cuestión, la formación siempre tiene que ser a medida de los alumnos, si no se adaptan los contenidos a sus necesidades jamás será efectiva. Por otro lado, lo caro o lo barato es relativo, siempre es más efectiva la formación a medida y sobre el precio, no es un gasto sino una inversión. Y por último para este tema, la formación bonificada, de la que hablaré la semana que viene, es el respaldo que tienen las empresas para que la formación prácticamente les salga a coste 0.
      Sobre la segunda cuestión, cuando hablas de centros de formación, no sé si hablamos de formación contínua, pero aún así, el formador tiene que tener las habilidades suficientes como para adaptar los más posible los contenidos a los alumnos, aunque sus sectores de trabajo sean diferentes. Si están allí, es porque tienen alguna necesidad que cubrir, nuestra habilidad como formadores, DESCUBRIRLA.
      Espero no haberme alargado mucho y gracias por tus comentarios, Mª Teresa.

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    2. Otra vez de acuerdo. ¿Pero es sólo responsabilidad del formador o debería ser un trabajo que empieza desde la primera reunión? Es decir, cuantas veces, como formadora experimentada, no habrás llegado a una clase en la que los alumnos ni siquiera sabía a lo que iban. O lo que es peor, el formador no había sido informado de las necesidades del alumnado hasta que ya está en la clase.

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  2. La responsabilidad es de todos. Desde el responsable que detecta una necesidad hasta el formador. Todo depende del trabajo previo a la impartición, si se involucra al formador o no en el diseño de la formación o bien se considera un mero ejecutor.
    Para mi la diferencia está en cuando la formación la imparto para una consultora de formación o la formación la gestiono yo directamente con la empresa. En el primer caso me encuentro muchas veces con alguna que otra sorpresa con los alumnos de que no saben por qué están alli, y sin embargo, cuando yo soy parte del proceso no se dan este tipo de situaciones de forma tan repetida.
    Gracias por tu aportación Teresa.

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