miércoles, 27 de febrero de 2013

La inteligencia emocional en la empresa II: ¿Para qué sirve?

  Como veíamos en la entrada anterior, la inteligencia emocional es un concepto que pone de relieve que las personas tenemos que tener la capacidad de reconocer y gestionar tanto nuestras propias emociones como las de los otros para ser eficaces tanto para nuestra vida laboral como para nuestra vida personal.

  En relación con la empresa, con el concepto de inteligencia emocional podemos ver diferentes aplicaciones para la mejora de la gestión de los recursos humanos, entre otros.

Por ramientas
Por ejemplo, según el área organizativa donde queramos potenciar la inteligencia emocional, se pueden usar diferentes herramientas:
  • Selección de Personal: Podemos identificar si el candidato es una persona emocionalmente inteligente. La selección por competencias se ajustan a este propósito si se identifican competencias asociadas con el EQ como el autocontrol, la comunicación, la persuasión, etc. Las dinámicas de grupo nos sirven para ver cómo reacciona una persona en un entorno determinado. Además, se han diseñado tests para medir las capacidades emocionales de una persona. El Mayer, Salovey, Caruso Emotional Intelligence Test (MSCEIT), el Emotional Competence Inventory (ECI)2 y el Emotional Quotient Inventory (EQ-i)3.
  • Liderazgo: según Goleman, puede potenciarse la inteligencia emocional mediante un proceso de coaching porque la presencia del coach ayuda a tomar conciencia emocional de uno mismo (actúa como espejo) y facilita la empatía. 
  • Potenciación del talento: un equipo que presente un clima emocionalmente inteligente permite que aflore el talento y la creatividad subyacentes. Sus integrantes no se autocensuran, no temen la reacción del grupo a sus ideas, en definitiva, no buscan la atribución personalista del éxito sino que piensan en el equipo como instancia generadora de ideas y decisiones

Técnicas genéricas:


  • Formación: es posible realizar cursos de formación en capacidades con la inteligencia emocional. De hecho, estas técnicas se ponen en práctica desde la Educación Infantil. Se basan en el principio, aceptado por Goleman pero discutido por otros teóricos, de que la inteligencia emocional se puede trabajar. De hecho mi experiencia como formadora me ha demostrado que son competencias que se pueden entrenar y del que el resultado tras la formación es un proceso de aprendizaje muy beneficioso tanto para el trabajador como para la empresa.
  • Encuentros informales: la potenciación de espacios y momentos propicios en los encuentros informales mejora el clima emocional de un grupo.
  • Meditación: Goleman se declara partidario de las técnicas de meditación de raíz budista para potenciar la inteligencia emocional.

A menudo se cree que uno de los principales problemas en la aplicación de la inteligencia emocional es la dificultad de cuantificar su impacto real. Sin embargo, se han desarrollado indicadores que permiten medirlo. En www.EQperformance.com se recogen datos sobre los beneficios que han experimentado diversas organizaciones: L’Oréal ha aumentado los ingresos anuales en mas de 2 millones de dólares con la introducción de competencias emocionales en los comerciales; Sheraton Studio City ha mejorado la satisfacción de los clientes y aumentado su valor de mercado en un 24% en un año de aplicación de criterios de inteligencia emocional.

Sin duda, la inteligencia emocional es un área de trabajo importante para la gestión de la personas dentro de la empresa, y la formación es la herramienta que nos permite enseñar, entrenar, y poner en práctica estrategias más efectivas para la organización.

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